Con la llegada del otoño, la aparición de bancos de niebla es un fenómeno natural que se produce con mayor frecuencia. Una condición climática que suele generar fuertes pérdidas de percepción en la visión, con notables complicaciones a la hora de conducir. A continuación, presentamos algunas medidas preventivas que todo conductor debe tener en cuenta cuando la niebla acecha.

Sin dudas, la presencia de niebla en toda carretera es una variable para tener en cuenta al momento de la conducción, ya que el campo de visión suele verse tergiversado. Ante ello, adoptar ciertas medidas preventivas, con el fin de aumentar la visibilidad y reducir potenciales accidentes, adquiere vital importancia.

En primera instancia, hay que distinguir entre niebla y niebla espesa, dependiendo de la visión disponible. Cuando la visibilidad no es mayor a los 20 metros, tendremos niebla espesa.

A su vez, es importante recordar que la niebla es un fenómeno meteorológico muy relacionado con la humedad, por lo cual la carretera suele estar mojada. Por ello, el buen estado de los neumáticos del auto resulta también vital para un mayor agarre.

Recomendaciones para una conducción segura:

Al circular por una zona invadida por la niebla, como primera medida, nunca se debe frenar bruscamente. Además, es probable que los cristales se empañen por la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior del vehículo y la condensación del agua, por lo que la calefacción debe estar en perfecto estado para desempañar los cristales.

Entre las principales recomendaciones preventivas, es posible mencionar:

Las luces antiniebla y su modalidad de uso

Este tipo de luces son un recurso de utilidad para, en condiciones adversas, mejorar la visibilidad de la carretera y a la vez del propio vehículo. No obstante, su uso requiere adoptar un comportamiento responsable y así evitar la generación de perjuicios visuales sobre otros conductores.

En este marco, su aplicación es posible cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan sensiblemente la visibilidad, como en el caso de niebla, lluvia intensa, nevada, nubes de humo o de polvo. Ante tales circunstancias, deberá utilizarse la luz antiniebla delantera o la luz de corto o largo alcance.

No obstante, aquellos vehículos que poseen luces antinieblas traseras sólo deberán emplearlas en condiciones específicas y muy desfavorables (niebla espesa, lluvia muy intensa, fuerte nevada o nubes densas de polvo o humo), ya que su potencia y el efecto producido sobre los otros conductores es de gran impacto visual, con serios inconvenientes para la visión en los autos que circulan por detrás del vehículo.

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